La primera entrada a este blog no podía ser otra que los hechos vividos en 1995 con la celebración de la Copa Mundial de Rugby en Sudáfrica y el impacto que tuvo la victoria de los Springboks en su sociedad.

«La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo»
Nelson Mandela. Presidente Sudáfrica 1994-99
Tradicionalmente, los ‘Springboks’, como se conoce a la selección nacional de Sudáfrica, era un símbolo del poder blanco, donde solo tenían permitido jugar los blancos, hasta que en 1948 se introdujo la legislación del apartheid en Sudáfrica (de hecho, los jugadores no blancos no tenían permitido jugar al rugby). Aun así, la presión racial siguió creciendo debido a la Matanza de Shaperville, cuando la policía abrió fuego contra una manifestación pacífica que protestaba contra el apartheid, donde murieron 69 personas negras, entre ellas mujeres y niños, y otras 180 fueron heridas.
Finalmente, el 17 de julio de 1991 se abolió el apartheid y la ley que clasificaba a los sudafricanos en función de si eran blancos, mestizos, indios o negros. Desde entonces se estableció que «los recién nacidos no serán clasificados por raza». Sudáfrica, un país cuyo 68% de su población era de raza negra en la década de 1950, fue históricamente dominado por el racismo y políticas discriminatorias por parte de los blancos.
Nelson Rolihlahla Mandela en ese momento tenía 73 años, veintisiete de ellos pasados en prisión. Cinco años antes del mundial había sido liberado y en mayo de 1994 fue el Presidente de Sudáfrica.
Con el objetivo de poner fin a la segregación racial y crear un país en el que diferentes culturas pudieran existir en un mismo territorio en igualdad de condiciones, Madiba, como era conocido Nelson Mandela, utilizó el rugby como símbolo de unidad bajo el lema “Un equipo, un país”. Aunque fue una jugada arriesgada tuvo sus resultados.

Todo empezó cuando Nelson Mandela se reunió con el capitán de la selección sudafricana François Piennar, donde el presidente le transmitió la idea de integrar la población no blanca con la población blanca y le pidió que recorrieran el país el año previo al mundial dando clases de rugby en las regiones más pobres a los niños negros del país. El capitán aceptó la petición del Presidente, y tuvo que ir convenciendo uno a uno a sus compañeros de equipo, donde todos eran blancos, menos uno, Chester Williams.
Otra de las cosas que tuvieron que hacer los jugadores fue aprenderse el himno de Sudáfrica «Nkosi Sikelel’ iAfrika», ya que durante el apartheid fue considerado por muchos el himno no oficial de Sudáfrica, en representación del sufrimiento de los oprimidos. En 1994, Nelson Mandela declaró que tanto «Nkosi Sikelel’ iAfrika» como el anterior himno nacional, «Die Stem» («La voz de Sudáfrica»), serían himnos oficiales, como símbolo de la tolerancia y coexistencia racial del nuevo régimen democrático. Finalmente, en 1996 se realizó una versión abreviada y combinada de ambos himnos, el cual está formado por las cinco lenguas más habladas en el país: Xhosa, Zula, Sesotho, Afrikaans e Inglés.

Finalmente, el 24 de junio de 1995 en el estadio de Ellis Park de Johannesburgo ocurrió el milagro, tras la inesperada victoria de los Springboks al derrotar a la gran favorita Nueva Zelanda liderada por Jonah Lomu.
Tras una prórroga, un ‘drop’ del apertura Joel Stransky dio la victoria (15-12) a Sudáfrica. Miles de personas que nunca habían celebrado una victoria de los ‘Springboks’ gritaban de alegría y aficionados blancos ondeavan por las calles de las ciudades sudafricanas la bandera constitucional sudafricana. Las imágenes que se vieron ese día en Sudáfrica dieron la razón a Mandela.
Posteriormente, la selección de los Springboks ganó los mundiales de 2007 y 2019, ambas finales contra la selección de Inglaterra, país por el cual fueron colonizados hasta 1962, cuando se constituyó oficialmente la República de Sudáfrica. Let us live and strive for freedom, In South Africa our land.