Futbol, guerra y navidad.

Durante la Primera Guerra Mundial, tuvo lugar una conmovedora historia navideña entre los dos bandos durante uno de los conflictos bélicos más devastadores.

Cuenta la leyenda que, en el invierno de 1914, unos meses después del inicio de la Primera Guerra Mundial, tuvo lugar uno de los momentos más emotivos en medio de un conflicto bélico. No hay sitio para el enfrentamiento y sí para la confraternización de dos bandos antagónicos y unidos por el mismo anhelo. Es Nochebuena. Alto el fuego.

Aquel 24 de diciembre de 1914, los soldados alemanes comenzaron a adornar sus trincheras y a cantar villancicos. Sorprendentemente, el otro bando, formado por los franceses, británicos y belgas, también contestó con cánticos. Esto creó una atmósfera que hizo posible un verdadero cuento navideño. Dos enemigos que dejan de serlo para celebrar la Navidad.

En medio de ese buen ambiente navideño, un soldado británico atravesó el campo de batalla para dirigirse a sus enemigos y pactar una Tregua de Navidad a lo que se sumaron el resto de los soldados de ambos bandos que salieron de sus trincheras y se acercaron unos a otros.

De este modo, durante unos instantes que la mayoría de los protagonistas seguro que desearon que fueran eternos, el fútbol terminó de unir al bando aliado y al alemán en un terreno de juego improvisado, en el que se disputó un partido de fútbol que ha pasado a la historia como uno de los pocos momentos que merecen quedar para la posteridad de cuantos se viven en una guerra.

«Esta ceremonia de recuerdo rinde homenaje a los soldados que, hace un siglo, expresaron su humanidad y se reunieron para jugar al fútbol, abriendo así un capítulo importante en la construcción de la unidad europea que debe servir de ejemplo para los jóvenes de hoy en día»,

Michel Platini

Así pues, la única disputa que hubo en el campo fue el balón. Según la leyenda, fueron los alemanes quienes se impusieron al partido por un ajustado 3-2. Un resultado muy diferente al que cosecharían al final de la guerra.

Unas horas después de este partido las balas volvieron a sonar hasta 1918. Y no hubo lugar para más Navidades como la de 1914 en las trincheras. El odio se impuso definitivamente y los muertos de uno y otro bando se contabilizaron por millones.

Actos conmemorativos y cine.

En 2014, con motivo del centenario de aquel improvisado y heroico partido de fútbol, la UEFA, que por aquel entonces presidía Michel Platini, organizó un homenaje junto con diversas personalidades de la política y del fútbol, donde participaron en un acto a medio camino entre las localidades belgas de Ypres y Comines-Warneton, donde se descubrió una escultura que honra desde entonces la memoria de quienes protagonizaron el conmovedor acontecimiento.

Existe una película francesa de 2005, Joyeux Noël (Feliz Navidad), que narra la historia y que llegó a estar nominada a los Óscar como mejor película de habla no inglesa. Un ejemplo más de la importancia de no olvidar para no cometer los mismos errores.

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